Sin luz, camino sin chocar por el nuevo hogar


Él le dijo
Relájese señorita
Es necesario que comprenda
Que las ciudades
Son solo campos
Sembrados de casas
Regados por edificios y ruido
Ella le sonrió
Y de una primera bocanada
Y un segundo suspiro
Salió a dar un paseo
Por las calles o caminos
Apareció el viento
Y hasta las piedras a los pies
Al fin se sintió como en casa.

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